Se propone un edificio con fuerte armonía entre lo material de lo construido y lo inmaterial del vacío de los patios y la gran galería.
En una envolvente rectangular unificadora, el edificio se organiza como una mano abierta con dedos que encierran patios y antecedida por la galería de accesos cubiertos con parras sanjuaninas.
A manera de artefacto ecológico, el conjunto de vacíos capturan la luz, filtrándola para adecuarla a la vida de los estudiantes y profesores de los rigores del clima. Además de generar atmósferas de inspiración para la creación artística.